Los investigadores
dicen que la evidencia sugiere que los edulcorantes artificiales pueden
favorecer el aumento de peso, las
cardiopatías y la diabetes pero los representantes de la industria no están
de acuerdo.
En un artículo de opinión publicado el pasado 10 de
Julio en la revista Trends in Endocrinology and Metabolism, Susan
Swithers, profesora de neurociencia conductual en la Purdue University en West
Lafayette, Indiana, hizo un balance de las investigaciones recientes en
edulcorantes artificiales. Swithers ha estado estudiando el efecto de los
edulcorantes en ratas de laboratorio, pero la revista incluyó preguntas sobre
las evidencias del efecto que pueden tener en la salud humana.
Edulcorantes en el banquillo
Los edulcorantes
usados comúnmente son: sucralosa, aspartame y sacarina, entre otros.
En los estudios sobre personas quienes regularmente
consumen refrescos, con el tiempo se ha hallado que tienen mayor riesgo de
ganar peso y sufrir de obesidad, diabetes y síndrome metabólico que la gente
que no los toma. Adicionalmente, dichos riesgos son similares en personas que
toman refrescos de dieta comparados con los que toman los refrescos normales,
lo que sugiere que no hay mucho beneficio en cambiar una por otra.
Posición
de la Industria
La Industria ha fijado posición sobre lo expuesto a través de los voceros del
Calorie Control Council: "nuestra visión de esta opinión, es que está sesgada
y es especulativa”. “La doctora Swithers presenta solamente la investigación
que apoya sus opiniones y ha ignorado el amplio cuerpo de investigación
científica que demuestra la seguridad y los beneficios de los edulcorantes de
bajas calorías”
"Pienso
que es importante recordar que los edulcorantes, son solo un aspecto del
enfoque multifacético de la salud o de la prevención de la obesidad, no son balas
mágicas”.
Alteraciones
Metabólicas
La doctora Swithers ha dicho que sus estudios en animales
apoyan la noción contra intuitiva de que los edulcorantes artificiales pueden
llevar al aumento de peso, aún no teniendo calorías. “He visto evidencia de las
alteraciones metabólicas causadas por los edulcorantes artificiales en ratas”.
Básicamente ocurre así: en un mundo sin
edulcorantes artificiales, el sabor de algo dulce prepara el cerebro y el estómago
para la digestión de calorías. Cuando las calorías no se muestran, como pasa
con los edulcorantes artificiales, la respuesta metabólica no funciona como
debería. La insulina no se incrementa, las hormonas que dan la sensación de
llenura no son detonadas, y el cerebro no siente la recompensa de dopamina que
provoca el azúcar.
Luego de un tiempo, el cerebro y el estómago ven
reducida su sensibilidad. Como resultado, cuando el azúcar y las calorías
reales vienen, el cuerpo no responde con la fuerza con la que normalmente lo
haría. Las calorías no le hacen sentir lleno como deberían, por lo que el cerebro no recibe la señal de parar de
comer cuando debería.
Los endulzantes artificiales facilitan algo que
los sicólogos llaman distorsión cognoscitiva. Esto es, nos permiten engañarnos
y pensar que podemos comer más calorías de lo que deberíamos. Evitar calorías
con un refresco de dieta entonces significa que puedo comer un pedazo de pastel
de chocolate después.
Basada en su investigación, ella dice que el agua
es la mejor apuesta para las personas que están tratando de perder peso o
mejorando otros aspectos de la salud. Vaya! dieron una larga vuelta, pero
sabemos algo nuevo. Suscríbase dejando su correo donde indica la página, para que me cuente acerca
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Gracias por las fotos a:
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